martes, 22 de mayo de 2012

"Live well, Laugh often, and Love with all your heart."

La sabiduría se puede encontrar en cualquier parte, al igual que un buen consejo... yo la encontré en mi nueva taza de café: "Live well, Laugh often, and Love with all your heart" o lo que es lo mismo, "Vive bien, Ríe a menudo y Ama con todo el corazón". Consejos que en algunos momentos son muy prácticos y te sientan a reflexionar sobre las cosas que te están faltando. En mi caso, y si vamos por partes:

1) Vivir bien: ¿de qué me puedo quejar? Estoy haciendo un trabajo (bueno, varios) que me gustan, estoy viviendo la experiencia de estar en el extranjero, conocer gente nueva, vivir nuevas experiencias. Tengo un trabajo remunerado y un plato caliente sobre la mesa. Tengo dinero para vivir cada día, hacer la compra, gastar en caprichos. Tengo salud y ganas de seguir adelante.
2) Amar con todo el corazón: ¿de qué me puedo quejar? te una familia que me quiere, unos padres que me extrañan, amig@s que me escriben y se preocupan. Tengo gente nueva con la que compartir nuevas experiencias y todo un país por recorrer. No tengo pareja, pero creo que eso ahora no me preocupa. Vivo día a día y procuro buscar el cariño de la gente que tengo cerca y lejos, y seguir amándoles con toda mi alma porque son parte importante en mi vida.
3) Reír (sonreír) a menudo: pues creo que es aquí donde fallo ultimamente, y mira que soy persona de ponerlo en práctica a cada rato, pero últimamente me cuesta un poco más, estoy de peor humor, con muchas cosas en la cabeza, con muchos "que no se te olvide", con muchos "si necesitas algo me dices", y me lo dicen y entonces una nueva tarea se suma a la lista. Además, he empezado a estar a dieta: hay que cuidarse, alimentarse de manera saludable y hacer algo de ejercicio. Tres cosas que había abandonado por mi vida más que sedentaria delante del ordenador y que ahora me exigen un esfuerzo... porque esto ya no se vale.

En fin, que una vez identificadas las cosas, es el momento de ponerles solución, porque últimamente he cometido algunas injusticias con la gente que me rodea, he perdido la paciencia, he estado más seria de lo normal o he dado malas contestaciones. Y esto tampoco se vale... porque la gente que está cerca, que siempre te apoya, no se merece este trato por mi parte. Identificado el problema, que es mío y sólo mío, ha llegado el momento de ponerle solución. Quizás tenga que subir el pié del acelerador, quizás tengo que ser capaz de desligarme de algunas tareas, quizás debo respirar más y tomarme las cosas con más calma (que para eso estoy en América Latina, donde dicen que todo va más despacio). No puedo dejar que el ritmo de trabajo se imponga sobre mí hasta el punto de saturarme, no controlarlo, o que me genere ansiedad. Lo curioso es que al final logro sacar las tareas a tiempo, con buenos resultados y palabras de agradecimiento o felicitación, pero también necesito recuperar espacios personales para dedicarme un tiempo a mí: a escribir, a leer, a caminar o hacer ejercicio, a cocinar en algo más de diez minutos. 

Quiero aprovechar esta entrada para pedir perdón a las personas que haya podido lastimar en los últimos días (o quizás semanas, porque ya no sé desde cuándo estoy así) y comprometerme a volver a ser la persona que sonríe cada día y hace sonreír a l@s demás.

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