No pienses mal las trajineras no son nada obsceno ni sexual, son barcas que recorren los pocos canales que quedan de la antigua laguna que era la ciudad de México. Por la mañana Blanca y su cuñado Rafa me han llevado a desayunar al mercado de Xochimilco (en todos los mercados de México hay puestos para comprar y puestos para comer tacos, quesadillas, pozole, atole, zumos, aguas de sabor) y a comprar frutas y verduras, y por supuesto a conocer. Me gustan los mercados por la manera que tienen de interactuar vendedores y compradores, por la cantidad de cosas diferentes que puedes ver y por la denominación y el descubrimiento de alimentos. Lo del chile es una locura, hay con 20 tipos de chiles diferentes: más grandes, más pequeños, más arrugados, más verdes, más rojos, más negros, más secos, más frescos, más picantes y más dulces. Chiles para todos los gustos y todos los guisos... y para cada uno un chile diferente.
Después de eso hemos ido a ver las famosas trajineras, pero sólo a verlas porque más adelante ya habrá tiempo y porque es una actividad que espero poder realizar cuando tenga la visita de mi madre y Javier al DF. La historia está en alquilar una barca con su remero para que te dé una vuelta de unas 2 horas por estos canales. En las trajineras se come, se bebe y se canta porque por los canales hay vendedores y mariachis que te hacen la fiesta completa. También hay familias que alquilan las barcas para celebrar cumpleaños y traen la comida de casa. Es increíble la capacidad que tiene un sólo hombre de poder manejar una barcaza tan grande hasta arriba de gente. La tentación vino después cuando a la salida del embarcadero nos pusimos a pasear por un mercado de artesanía: ya tengo en mente regalos para tod@s aunque también acepto sugerencias y antojitos que se os ocurran.
Por la tarde llegó la sesión futbolera. Al igual que la Copa América está siendo un fracaso y en especial para México que juega de invitada, el Mundial Sub-17 está alegrando los corazones mexicanos. Los pequeños han llegado a la final después de derrotar a Alemania, una de las favoritas, en la semifinal con incidente y gol de chilena incluido. La final se jugaba hoy contra Uruguay en el Estadio Azteca por lo que la ciudad era una hervidero desde hace días. Al final México es campeona del mundo y como no podía ser de otra manera la gente ha salido a la calle con lluvia y todo a celebrar la victoria. Como notas curiosas dos:
1) En este país todo se compra y todo se vende, y eso mejor que nadie lo saben los vendedores ambulantes. Si en los últimos días en los semáforos se vendían paraguas y ponchos de plástico, hoy se vendían camisetas, banderas y lo mejor vendas para la cabeza y sangre artificial. ¿Por qué? Pues porque en la semifinal Julio Gómez, uno de los delanteros, al ir a rematar un corner de cabeza chocó contra un jugador alemán. El "chavito" se quedó tirado en el suelo con la cabeza abierta y sangrando. Cuando le sacaron del terreno le vendaron la cabeza y le hicieron un pequeño examen médico (el marcador iba empate a 2 a falta de 10 minutos para el final y la clasificación) porque Gómez sólo quería volver a salir a jugar. Consiguió salir y a falta de 5 minutos para el final remató de chilena un corner que le dio la victoria a los mexicanos. Al día siguiente era el héroe nacional, por eso hoy la gente llevaba la cabeza vendada con sangre artificial como parte de la equipación.
2) La hazaña de Sergio Ramos con la Copa del Rey llegó hasta México. Al final del partido hice el chiste de que tuvieran cuidado con la Copa que como son jovencitos a ver si se les iba a caer y la gente con la que estaba a coro me dijeron: "eso sólo le pasa a Sergio Ramos". No hay más comentarios, así es el mundo del deporte y así es el fútbol capaz de rebasar fronteras.
Para despedirme una vez más agradecer todas las noticias que me llegan desde Madrid por parte de familia y amigos y la ilusión que me hace recibirlas. Me gusta que me cuenten las cosas cotidianas que pasan, me gusta que penséis en mí como yo pienso en tod@s.
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