Con un mes de diferencia, volvemos a poner rumbo al norte, rumbo a Chihuahua, a Creel y en esta ocasión a las Comunidades de la Sierra Tarahumara... este viaje promete. Promete seguir avanzando en el trabajo construido hasta ahora y promete tener nuevas experiencias con la gente, conocer modos de vida, proyectos, la rudeza del paisaje y las condiciones adversas en las que se construyen procesos de desarrollo comunitario. Además este viaje tiene la promesa de que de regreso estaré deshaciendo la maleta para volverla a hacer para viajar a Madrid.
Creía que no lo necesitaba, creía que podía seguir adelante, pero ahora que tengo el billete comprado, estoy deseando que pasen los días para tocar suelo madrileño. Esas dos semanas también promete, o al menos en mi mente, prometen y mucho: prometen tener todos los abrazos, besos, cariños que en estos meses han estado presentes en lo virtual y que se van a volver de carne y hueso. El viaje promete encuentros familiares, tiempo con mi madre y Javier, con mi padre y Amparo. Promete tiempo con las niñas, con los chicos, con el Comité de Lloro. Promete fiestas, salidas, encuentros. Pero lo más importante es que promete que el tiempo no ha pasado y que todo va a seguir igual y que voy a volver a tomar fuerzas para los meses que quedan. Promete que yo seré capaz de llevar nuevas anécdotas, experiencias, risas, fuerzas y apoyos para todo lo que sea necesario.
Parece que la maleta se vuelve a cargar de experiencias... ahora sólo falta que se cumplan.
Con todas las ganas del mundo de veros!!!
PD: como dato anecdótico tengo que decir que esta es la entrada número 100 del blog desde que se inició en junio de 2011. Gracias a tod@s l@s que me leen, me siguen y comparten mis experiencias.
PD: como dato anecdótico tengo que decir que esta es la entrada número 100 del blog desde que se inició en junio de 2011. Gracias a tod@s l@s que me leen, me siguen y comparten mis experiencias.
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