Hay días en los que te levantas con una actitud frente a la vida diferente. De pronto estás cansada, te duele todo el cuerpo después del domingo de escalada, pero has dormido bien, tu cuerpo agradece que lo hayas puesto a trabajar y entonces te sientes radiante. En esos días eres capaz de cualquier cosa, nada te pesa y puedes vestir como hacía años que no lo hacías. Esos días son buenos días porque nada te importa, destilas felicidad y la sonrisa te ha acompañado. El lunes 27 de febrero ha sido uno de esos días... y por eso me puse mis calcetines a rayas, mis Converse con cordones en blanco y negro, un pirata negro y una camiseta a juego con los calcetines.
El día ha ido bien: un poco de trabajo en la mañana, conversaciones por Skype y por la tarde mi debut como coordinadora del equipo de facilitador@s de Tlalana. Los puestos técnicos son poco agradecidos por gente que lo quiere es trabajar en comunidades, con jóvenes y en la acción de las bases sociales, pero es importante (o así lo siento yo) que existan este tipo de figuras capaces de sistematizar contenidos, organizar la información y crear bases de datos que mejoren el rendimiento, la comunicación y el seguimiento. Ir a las sesiones de los lunes me ayuda a leer documentos muy interesantes, ya no sólo en lo laboral sino también en lo personal y más hoy que tocaba Habilidades para la vida (OMS 1993):
1.1. Conocimiento de sí mismo (a)
2.2. Comunicación efectiva (asertiva)
3.3. Toma de decisiones
4.4. Pensamiento creativo
5.5. Manejo de emociones y sentimientos
Parece que lo de poner a trabajar a mi cuerpo después de las muchas horas que pasa sentado me ha venido bien para tomar un nuevo impulso en las actividades que tengo abiertas, me dan más ganas de trabajar o al menos encaro el trabajo desde otra perspectiva. Ahora toca ser constante con esto igual que con el resto de cosas para poder ponerme los calcetines a rayas más veces...
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