Peña Nieto protestó o lo que es lo mismo tomó posesión del cargo de Presidente para los próximos seis años. Toda una serie de actos protocolarios enmarcaron el evento: la entrega de la banda presidencial por parte de Calderón, su visita a la Cámara de Diputados donde juró guardar y hacer guardar la Constitución, presentación ante las Fuerzas Armadas, el discurso con los puntos, ejes y acciones de su gobierno y la comida institucional.
Sin embargo, lo interesante no es lo que dice el guión, no es lo que establecen las agendas de protocolo, lo interesante es lo que ocurre fuera de ellas y en este caso ocurrieron, ocurren y ocurrirán muchas cosas interesantes.
La llegada de Peña Nieto supone el regreso del PRI después de doce años de paréntesis bajo el mandato del PAN con Vicente Fox primero y Felipe Calderón después. Es el regreso a lo conocido, a los viejos esquemas para algunos. Han pasado seis meses desde las elecciones hasta que el 1 de diciembre entró el nuevo gobierno; un periodo muy largo para mi gusto en el que al principio las movilizaciones sociales fueron mayores y después han perdido fuerza en las calles pero no en los círculos universitarios. Fueron las elecciones en las que López Obrador se volvía a presentar con el PRD como alternativa, fueron las elecciones de #Yosoy132, las elecciones de Televisa y los medios de comunicación, las de los debates televisados.
Los días previos al 1 de diciembre se tomaron "medidas de seguridad" en los alrededores del Congreso, es decir, se acordonó el perímetro con vallas metálicas, se cortaron calles y se cerraron varias estaciones del metro. Resultado: descontento de la población que no puede acercarse a sus políticos, a aquellos que la propia ciudadanía ha puesto en los bancos de gobierno. Al mismo tiempo se refuerza la seguridad o lo que es lo mismo, se moviliza a un gran número de efectivos policiales y granaderos (antidisturbios) a las inmediaciones. En los días previos se producen los primeros enfrentamientos derribando las vallas de seguridad.
El 1 de diciembre alrededor de San Lázaro la gente se empieza a congregar, el coche oficial que traslada a Peña Nieto aprovechará el corte de las calles para circular a toda velocidad en sentido contrario. Al contrario de lo que podría ocurrir en otros lugares del mundo, la multitud no se congrega para festejar la llegada del nuevo presidente. Una vez en el Congreso se produce la toma de protesta, para mí más rápida de la historia. Peña Nieto lee el discurso oficial a gran velocidad mientras que las bancadas aparecen cubiertas de lonas con mensajes y cruces negras y se le arrojan papeles que simulan billetes y tarjetas recordando la compra de votos que fue desestimada por el Tribunal Electoral.
A las afueras del Congreso ha comenzado el enfrentamiento con la policía, los disparos de pelotas de goma y la difusión de lo que ocurre a través de las redes sociales. Salta el rumor de que un hombre ha muerto, no había muerto todavía pero lo trasladan con la cabeza abierta, y cuando digo con la cabeza abierta me refiero a que se ve parte de su cerebro asomando. La batalla se trasladó a la Alameda Central recién inaugurada: mientras que la policía sigue disparando los manifestantes arrojan papeles, piedras, palos incendiados, montan barricadas con bancos arrancados. Al mismo tiempo, López Obrador ha convocado un acto en el Monumento a la Revolución con el fin de desmarcarse de cualquier otro acto.
Las concentraciones se repiten en otras ciudades y en otras ciudades se repiten los incidentes con la policía. En todos los casos la idea era protestar de manera pacífica por la llegada de Peña Nieto a Los Pinos, pero algo falló. Se produjeron detenciones, abusos policiales, destrozos en el centro del Distrito Federal.
¿Cuál es el resultado real de todo?
1) Se inicia la guerra mediática en la que unos acusan a los movimientos estudiantiles de los disturbios mientras que del otro lado se acusa a la policía de extralimitarse en el uso de la fuerza al tiempo de que hay personas infiltradas que detonan los disturbios.
2) Se producen detenciones en la Ciudad de México de supuesto alborotadores entre los que hay estudiantes universitarios. Amnistía Internacional ha denunciado los hechos y se pide la libertad de los detenidos ya que no se les están garantizando sus derechos.
3) Diversas organizaciones feministas y de defensa de los derechos de las mujeres han denunciado que en las detenciones que se producen en Guadalajara se produjeron abusos sexuales.
4) La ciudadanía queda dividida entre los que defienden la actuación justa y necesaria de la policía y los que denuncian la violación de derechos ciudadanos.
5) Peña Nieto se ha mantenido al margen, ha mantenido su discurso de entrada en el que defendía la seguridad, la lucha contra la pobreza y las desigualdades, las mejoras para las familias, posicionar a México en el lugar que se merece, etc.
Y todo esto el primer día de mandato... y quedan seis años ¿qué pasará?
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