Lo sé, llevo unos cuantos días sin escribir, sin contar todas las cosas buenas que me están pasando, pero la verdad es que he tenido una semana de locura en la que he hecho miles de cosas y no he tenido el tiempo necesario que esto se merece. Ahora, en esta mañana de sábado, de cielo azul en donde brilla el sol os cuento todas las cosas bonitas que me han pasado.
Respecto al trabajo, he estado en la oficina de ALOP con Norma Castañeda y su equipo. Una delicia la verdad. Como el Secretario General anda por Busán en una reunión me acomodaron en su despacho y ahí estuve avanzando trabajo, porque por fin estoy en el camino. Las redes me han ido poniendo en contacto con otras personas que ya me están mandando las peticiones y esto empieza a funcionar. Ahora siento que el trabajo se está frenando desde Madrid y eso me jode, pero bueno despacito hasta que agarremos ritmo y todo fluya.
El jueves Norma me invitó a que la acompañara a la Asamblea Nacional 2011 de la Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio (RMALC - http://www.rmalc.org.mx/index.shtml). Al final de la mañana pedí la palabra y agradecí a todas las mujeres y hombres que estaban allí presentes, que venían desde Chihuahua hasta Chiapas, que en tan poco tiempo me dieran una visión tan buena y general de la situación de México. Hablaron de agricultura, medio ambiente, mujeres, elecciones, explotaciones mineras, petróleo y los retos de cara a 2012. Les agradecí el tiempo que me habían ahorrado, porque si hubiera tenido que buscar toda esa información para la tesina habría tardado días y ell@s consiguieron darme una perspectiva increíble. Es maravilloso seguir aprendiendo acerca de este país, de sus gentes y sus luchas; aprender de sus problemas y sobretodo aprender de su capacidad de lucha cuando diariamente se enfrentan a situaciones difíciles y a pesar de todo siguen adelante, siguen caminando y siguen reivindicando soluciones para tod@s.
La nota curiosa fue encontrar en el evento a uno de los participantes que estuvieron en las pasantías de HIC-AL este verano. Cuando de pronto nos vimos nos abrazamos y nos sonreímos y comentamos lo pequeño que es el mundo. Miguel Colunga vive en Chihuahua, allí tiene una hacienda agrícola y ganadera, está casado, tiene dos hijas y lucha por unir a los campesinos del norte de México para combatir la gran sequía que ya dura más de un año y está esquilmando el campo. Cuando compartimos la experiencia en verano, cada mañana me preguntaba: "¿cómo nos hemos levantado hoy?" Justo fue el momento de la visita del Papa a Madrid, de nuevas manifestaciones del 15M y yo lo vivía desde la distancia y a través de las noticias de los periódicos. Durante esos días se acercaba a mí con sus botas camperas y su acento norteño y me hacía reír. Así que cuando nos volvimos a ver nos emocionamos los dos. Ahora me quiere invitar a su casa, a que conozca su rancho y a su familia. Me ha deseado de todo corazón que pueda regresar a México y entonces encontrar el momento para visitar el norte. Sé que será un gran anfitrión y si vuelvo a esta parte del mundo creo que aprovecharé su invitación.
Así que así han ido las cosas en el aspecto laboral... prometo escribir para contar la parte festiva que ha sido aún mejor.
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