jueves, 6 de diciembre de 2012

Peña Nieto en el poder

Peña Nieto protestó o lo que es lo mismo tomó posesión del cargo de Presidente para los próximos seis años. Toda una serie de actos protocolarios enmarcaron el evento: la entrega de la banda presidencial por parte de Calderón, su visita a la Cámara de Diputados donde juró guardar y hacer guardar la Constitución, presentación ante las Fuerzas Armadas, el discurso con los puntos, ejes y acciones de su gobierno y la comida institucional.

Sin embargo, lo interesante no es lo que dice el guión, no es lo que establecen las agendas de protocolo, lo interesante es lo que ocurre fuera de ellas y en este caso ocurrieron, ocurren y ocurrirán muchas cosas interesantes.

La llegada de Peña Nieto supone el regreso del PRI después de doce años de paréntesis bajo el mandato del PAN con Vicente Fox primero y Felipe Calderón después. Es el regreso a lo conocido, a los viejos esquemas para algunos. Han pasado seis meses desde las elecciones hasta que el 1 de diciembre entró el nuevo gobierno; un periodo muy largo para mi gusto en el que al principio las movilizaciones sociales fueron mayores y después han perdido fuerza en las calles pero no en los círculos universitarios. Fueron las elecciones en las que López Obrador se volvía a presentar con el PRD como alternativa, fueron las elecciones de #Yosoy132, las elecciones de Televisa y los medios de comunicación, las de los debates televisados.

Los días previos al 1 de diciembre se tomaron "medidas de seguridad" en los alrededores del Congreso, es decir, se acordonó el perímetro con vallas metálicas, se cortaron calles y se cerraron varias estaciones del metro. Resultado: descontento de la población que no puede acercarse a sus políticos, a aquellos que la propia ciudadanía ha puesto en los bancos de gobierno. Al mismo tiempo se refuerza la seguridad o lo que es lo mismo, se moviliza a un gran número de efectivos policiales y granaderos (antidisturbios) a las inmediaciones. En los días previos se producen los primeros enfrentamientos derribando las vallas de seguridad.

El 1 de diciembre alrededor de San Lázaro la gente se empieza a congregar, el coche oficial que traslada a Peña Nieto aprovechará el corte de las calles para circular a toda velocidad en sentido contrario. Al contrario de lo que podría ocurrir en otros lugares del mundo, la multitud no se congrega para festejar la llegada del nuevo presidente. Una vez en el Congreso se produce la toma de protesta, para mí más rápida de la historia. Peña Nieto lee el discurso oficial a gran velocidad mientras que las bancadas aparecen cubiertas de lonas con mensajes y cruces negras y se le arrojan papeles que simulan billetes y tarjetas recordando la compra de votos que fue desestimada por el Tribunal Electoral.

A las afueras del Congreso ha comenzado el enfrentamiento con la policía, los disparos de pelotas de goma y la difusión de lo que ocurre a través de las redes sociales. Salta el rumor de que un hombre ha muerto, no había muerto todavía pero lo trasladan con la cabeza abierta, y cuando digo con la cabeza abierta me refiero a que se ve parte de su cerebro asomando. La batalla se trasladó a la Alameda Central recién inaugurada: mientras que la policía sigue disparando los manifestantes arrojan papeles, piedras, palos incendiados, montan barricadas con bancos arrancados. Al mismo tiempo, López Obrador ha convocado un acto en el Monumento a la Revolución con el fin de desmarcarse de cualquier otro acto.

Las concentraciones se repiten en otras ciudades y en otras ciudades se repiten los incidentes con la policía. En todos los casos la idea era protestar de manera pacífica por la llegada de Peña Nieto a Los Pinos, pero algo falló. Se produjeron detenciones, abusos policiales, destrozos en el centro del Distrito Federal.

¿Cuál es el resultado real de todo?

1) Se inicia la guerra mediática en la que unos acusan a los movimientos estudiantiles de los disturbios mientras que del otro lado se acusa a la policía de extralimitarse en el uso de la fuerza al tiempo de que hay personas infiltradas que detonan los disturbios.
2) Se producen detenciones en la Ciudad de México de supuesto alborotadores entre los que hay estudiantes universitarios. Amnistía Internacional ha denunciado los hechos y se pide la libertad de los detenidos ya que no se les están garantizando sus derechos.
3) Diversas organizaciones feministas y de defensa de los derechos de las mujeres han denunciado que en las detenciones que se producen en Guadalajara se produjeron abusos sexuales.
4) La ciudadanía queda dividida entre los que defienden la actuación justa y necesaria de la policía y los que denuncian la violación de derechos ciudadanos.
5) Peña Nieto se ha mantenido al margen, ha mantenido su discurso de entrada en el que defendía la seguridad, la lucha contra la pobreza y las desigualdades, las mejoras para las familias, posicionar a México en el lugar que se merece, etc.

Y todo esto el primer día de mandato... y quedan seis años ¿qué pasará?

viernes, 23 de noviembre de 2012

Historias de la Tarahumara (V): La pequeña historia de Don Javier

Camino de El Táscate en lo que parecía ser una noche cerrada, de pronto el sendero se ilumina. La luna como un gran foco se abre paso entre la nubes, los pinos y las encinas para advertir de dónde está la siguiente curva o desnivel. Lástima que esta noche las estrellas no son compañeras de viaje.

Cuando llegamos a la casa de madera somos nueves personas. Constantemente nos mandan a dormir a la parte de arriba a dos catres especialmente acomodados para la visita de los extranjeros. Toda la familia ocupa la sala, se acomodan en las banquetas alrededor de la mesa o en esteras cerca de la estufa metálica alimentada con madera. Todos hablan en rarámuri y se ríen. Rodrigo y ello estamos acostados y escuchamos las carcajadas desde el piso superior. Nos miramos y reímos también. Creemos que querían estar en familia, querían hablar de sus cosas y nos tener visitas ni ojos sorprendidos que miran sin comprender una sola palabra; creemos que también aprovechan para hablar de nosotros y nosotros aprovechamos para contar anécdotas del viaje y también pasar un rato "en familia" o al menos en la amistad que se ha consolidado en este viaje.

Don Javier ha muerto. Es la noticia que nos despierta en la llamada con una llamada de teléfono. El primer día que llegamos a Norogachi su esposa, y prima de Chiro, nos preparó la comida. Dijo que su marido estaba enfermo, ingresado en el hospital de las monjas; nos dijo que tenía neumonía y que estaba muy grave. sus hijos llegaron por la mañana. Dos días más tarde se oficia la misa de cuerpo presente en la Iglesia del Pilar. Su cuerpo será velado en casa y todo el pueblo lo acompañará hasta el cementerio caminando detrás del coche fúnebre. Don Javier era un hombre querido o al menos eso parece con los comentarios que se escuchan de él y la larga comitiva que camina en silencio tras el ataúd.

Nos cuentan que él decía que era el "hombre de las buenas y las malas noticias". Además de una pequeña tienda y de preparar comidas en la cocina de su casa, su esposa y él se encargaba del teléfono. Su casa era "la caseta". La cobertura telefónica es muy mala en la zona y no todo el mundo puede tener un móvil y a veces aunque se tenga es inservible. Así que a su casa llegaba la señal y todo el mundo le daba a sus familias su número de teléfono "para cualquier cosa". Así que Don Javier era el primero en recibir las noticias, buenas o malas, de casi todas las familias de la comunidad, y él caminando buscaba a la persona interesada y le contaba lo que había. Dicen que decía que había anunciado demasiados fallecimientos y pocos alumbramientos. 

Historias de la Tarahumara (IV): Puentes colgantes y miradas comunes

No sé cómo amanece en Rúrachi, lo que sí se es que para llegar hay que atravesar un puente colgante. Son dos tramos, de unos 20 metros cada uno o eso creo porque nunca he sido demasiado buena para calcular distancias, pesos y edades. A la mitad hay una plataforma que da un descanso al movimiento pendular del caminante. Las tablas que componen el suelo son de madera y por supuesto la pasarela no está completa: faltan algunos pasos y otros están a punto de caer al caudaloso río que hay debajo; otros están arreglados de manera improvisada para dar una falsa sensación de seguridad sobre lo que pasa bajo los pies inseguros que dan un paso tras otro. Dicen que a veces el río está seco, que se pueden ver las piedras del fondo y que se puede cruzar sin necesidad de tener que subir al puente. Ahora el agua está turbia y se arremolina cada vez que choca contra las piedras que en otras ocasiones están expuestas al sol.

"No mires abajo que te puedes marear." No mires abajo que te puedes quedar atrapada en el rumor de las aguas y caer al vacío. Así que para evitar mirar y que el puente se mueva demasiado primero pasa Juanita hasta la plataforma de descanso, ataviada con su vestido rosa, una gorra que la cubre del sol y el portafolios en la mano que le queda libre para agarrarse a la barandilla. Me espera en el centro, no deja de mirarme y de animarme y cuando llego me pide que el segundo tramo lo atraviese yo primero. Casi lo prefiero: de una vez y sin pensar demasiado. La espero al final del puente entre vítores, sonrisas y palabras de ánimo. Este tipo de aventuras unen de manera inevitable a las personas.

Después de esto todavía caminaríamos un rato por el monte hasta llegar a la zona de trabajo. Nos dicen que desde ese lado nos vieron llegar y nos vieron dudar sobre si cruzar o no el puente. Los hombres están delante, las mujeres sonríen desde atrás. La reunión se hace debajo de una encina en rarámuri. Ellos hablan y ellas escuchan. Los trabajos avanzan bien. Después de eso, de unas cuantas fotografías e indicaciones regresamos al puente... pero antes sucedió algo maravilloso.

Miré a Juanita a los ojos y ella me miró a mí, y paramos a descansar aunque ninguna de las dos lo necesitaba. Buscamos el cobijo de los árboles, un par de piedras, el sonido del agua y hablamos. Hablamos durante más de media hora y nos encontramos en un lugar perdido y remoto de la Sierra Tarahumara como mujeres, comos compañeras, como aliadas. Hay sentimientos que son universales, poderosos, lugares comunes amparados por el alma: el amor, la felicidad, la tristeza, las sonrisas y las lágrimas, los abrazos, los miedos y las incertidumbres.

Desde ese momento establecimos un vínculo especial y personal y cada vez que nos hemos encontrado después nos hemos sonreído desde la complicidad que guardan los secretos y las confesiones personales. Ella necesitaba hablar, pero también necesitaba ser escuchada. Yo necesitaba sentirme menos sola y más acompañada. Otra prueba de que hasta en los lugares más remotos puedes encontrar personas maravillosas que te hagan más fácil el camino, que te den la confianza para dar el siguiente paso y que te animen a cruzar un puente que como la vida cuelga y se mueve.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Nunca seré Galeano

Nunca seré Eduardo Galeano. Nunca llegaré a ser esa escritora y periodista de renombre a la que centenares de personas esperarán en un auditorio para aplaudir. Nunca alcanzaré la claridad en mis palabras para contarle al mundo las injusticias que cada día se cometen. Nunca llegaré a sus un altavoz tan firme de las y los oprimidos; nunca llegaré a conocer un continente y podré hablar de América Latina desde cada país y cada realidad. Nunca conoceré el exilio, aunque sí la migración. Nunca seré Galeano pero al menos he podido ir a una de sus conferencias, escuchar como si de un cuento se tratara el dolor y la angustia que sufren los trabajadores y trabajadoras en este mundo globalizado.

Era el cierre, el gran cierre, el discurso final para la Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales organizada por CLACSO y la UNESCO. Eduardo Galeano, uruguayo, ciudadano del mundo causas políticas que le obligaron a exiliarse, periodista, escritor, investigador de realidades, observador de América Latina, luchador incansable, reivindicador de derechos derechos, denunciador de las injusticias. Una hora antes de que se iniciara el acto el auditorio estaba lleno, la fila para acceder llegaba hasta la recepción del hotel, al final se tuvieron que habilitar otras salas y transmitir en vivo el acto.

Galeano apareció entre aplausos y flashes de los fotógrafos, saludó, se llevó las manos a la cara abrumado por la ovación, colocó sus papeles, volvió a ponerse en pie y se sentó para iniciar un breve relato de poco más de veinte minutos sobre el trabajo, el desempleo, la angustia de las y los trabajadores en la actualidad, las luchas obreras, las injusticias empresariales, la crueldad del mercado.

Habló de que pronto "los derecho de los trabajadores serán materia de estudio para arqueólogos" si las cosas siguen igual, si los gobiernos amparan a los empresarios, transnacionales, etc., en vez de proteger esos derechos por los que tanto se ha luchado. Habló de la precariedad en el empleo, la explotación en las grandes fábricas, la angustia y la incertidumbre que viven las y los trabajadores ante el miedo de perder sus trabajos. Habló de las subcontratas, la mano de obra disciplinada y controlada a través de los sindicatos, "el dios del mercado", "la cárcel del miedo y la libertad que oprime". Habló de las políticas que nos obligan a trabajar el doble por la mitad de salario y a invertir el tiempo libre en el trabajo.

Nunca seré Galeano porque en este momento soy una trabajadora que vive con el miedo y la angustia al desempleo; que se ve forzada a pensar en tener 3 trabajos de medio tiempo en México para asegurar un año más con salario; que tiene miedo a aceptar un trabajo de 5 meses en España ante la incertidumbre de "qué pasará después". No trabajo en una fábrica, no sufro la explotación laboral de mineros, maquiladoras o albañiles. No tengo un trabajo precario que me impida llegar a fin de mes, pagar mis gastos o tener la nevera llena. Sin embargo, sí soy una trabajadora que se ha visto obligada a salir de su país para poder crecer y poner en práctica lo aprendido durante años de estudio; soy una trabajadora que se ve obligada a aceptar una bajada de sueldo y tiempo porque la crisis golpea; soy un ser humano que tomó la decisión de aprovechar una oportunidad laboral lejos de su casa y que vive con el miedo y la angustia de regresar porque las cosas no están bien, porque ver las noticias da miedo, porque no se ve una luz al final del túnel, porque lejos de que la situación mejore parece que todo va a ir a peor.

Nunca seré Eduardo Galeano, sin embargo he podido escuchar un cuento a través de su voz, le he podido ver emocionado, algo cansado, ligeramente enfermo, pero todavía con las ganas de decir lo que es injusto.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Por las que ya no están... Día de Muertos

Ofrenda en Bellas Artes
Todas las personas tenemos un ciclo inexorable desde el momento en el que damos nuestro primer aliento en el mundo. Las ciencias dirán que ese ciclo es nacer, crecer, desarrollarnos, reproducirnos y morir; pero lo cierto es que todo ese ciclo se convierte en algo importante en el momento en el que el viaje no lo hacemos solas: nacemos, recibimos el amor de nuestra madre y de nuestro padre, aprendemos a caminar, a caernos, aprendemos a besar, a querer, a abrazar. Conocemos a otras personas que también aman y sienten. Sufrimos, lloramos, nos caemos y nos volvemos a levantar. Sonreímos, nos enfadamos, gritamos, aplaudimos. Percibimos los colores, la música, el frío y el calor; nos sudan las manos, hacemos el amor, nos miramos a los ojos. Viajamos, conocemos otros sabores, nos bañamos en el mar, miramos las estrellas, nos mojamos con la lluvia y nos quemamos con el sol; probamos el alcohol y nos emborrachamos, aprendemos a leer y a escribir, nos comunicamos, nos acariciamos. Cocinamos, cuidamos una planta o dos, dejamos libros sin terminar y platos sucios. Nos emocionamos con una película, nos enfadamos con nuestra familia, nuestras amigas, con los compañeros de trabajo. Y en algún momento morimos...

Pero morir no significa olvidar, no significa desaparecer, porque nadie muere mientras se le recuerda, mientras se habla de esa persona, mientras se la tiene presente. Cuando una persona que queremos muere no deja de estar con nosotras, no deja de mirarnos desde una fotografía, permanecen sus consejos, las experiencias; permanece el amor que no nunca se marchita porque en algún momento amamos a esa persona.

Ofrenda completa
Si algo me ha regalado México es ver el Día de Muertos desde otra perspectiva. Poder recordar, poder hacer una ofrenda con la intención de que los muertos nos visiten, que por una noche vuelvan a abrazarnos, que por un día vuelvan a compartir la comida. En la ofrenda hay flores de cempasuchil (claveles chinos de color naranja) que inundan con su olor dulzón toda la sala, hay velas que alumbran el camino, están algunas de las cosas que a esa persona le gustaban, hay comida, hay agua, sal, incienso y recuerdos, hay calaveras que nos recuerdan lo que somos y lo que queda de nosotras.

A mi abuela Mari
Este año he decidido hacer mi propio altar, mi propia ofrenda dedicada a mi abuela materna, aunque en el fondo también está dedicada a mi abuela paterna y a mi abuela no biológica que fue la madre de Amparo. Se lo dedico a ellas porque su atención, sus cuidados y su cariño sé que me acompañan en cada paso, sé que estén donde estén me cuidan, me guían, me protegen para que todo vaya bien. Me dan las fuerzas que necesito en los momentos de bajón, me acompañan en los momentos de soledad, me ayudan a cruzar la calle, a seguir trabajando con pasión. Procuran que la distancia física que me separa de Madrid no sea tan dura. Me alientan, me arropan por las noches, me consuelan en los momentos de llanto. Y además de cuidar de mí, sé que cuidan de mi madre, de mi padre, de Javier y de Amparo; sé que a ellas y a ellos también les dan la fuerza que necesitan para soportar la distancia.

Junto a mis abuelas he vivido algunos de los momentos más felices de mi infancia. Junto a ellas viajé por primera vez en metro, construí castillos de arena en la playa, disfruté de la Navidad; junto a ellas, caminando de la mano, arreglando el mundo, compartiendo la vida, aprendí a crecer. Las echo de menos y me gustaría que pudieran verme a ahora, me gustaría poder verlas una vez más y saber que se sienten orgullosas de la persona que soy ahora, de las cosas que hago, de cómo me comporto, de cómo quiero, de las decisiones que tomo, del trabajo que hago.

En este Día de Muertos de 2012 donde tan lejos estoy de mi hogar hay niñ@s disfrazad@s que corren por mi escalera pidiendo dulces, hay catrinas que pasean por las calles, hay ofrendas en las iglesias y en los lugares públicos. En este Día de Muertos os quiero recordar sabiendo que no sólo os recuerdo hoy sino casi todos los días.

martes, 30 de octubre de 2012

Volver a Tehuacán


Nunca terminaré de saber si Tehuacán (Puebla) es una ciudad bonita o fea, grande o pequeña. Dicen que se pueden visitar unas antiguas minas, unos resto arqueológicos y tomar cervezas artesanales. Yo sólo conozco el centro, la plaza principal con su kiosco, sus soportales con pequeños cafés y las tiendas de zapatos. Conozco uno de los barrios populares, con casa bajas, con el tendido eléctrico recorriendo las calles y los niños corriendo detrás de la pelota. Sé que hay un gran número de fábricas textiles (maquiladoras) donde se hacen pantalones de mezclilla (vaqueros) y donde una gran parte de los mujeres y hombres de la ciudad son explotados laboralmente. Sé que estás fábricas las controlan diferentes familias de descendientes de judíos y libaneses que aprovecharon para instalarse y enriquecerse. 

Lo que sí conozco es la carretera que llega a Tehuacán desde la Ciudad de México: una carretera que transcurre paralela a los volcanes, llena de sembradíos de cempasúchil (o clave chino, o flor de muertos) naranja, rosa y blanco donde mujeres y hombres trabajan recogiéndolos y cargándolos en camiones que se cruzan en la dirección opuesta rumbo al negocio del Día de Muertos. Esta vez estaba nublado y de regreso no dejó de llover, sin embargo la silueta del Popo y el Ixta hacen que no puedas dejar de asombrarte por la inmensidad de la naturaleza. El Popocatepetle es además más amenazador porque siempre tiene un hilo de humo saliendo por la boca; amenaza con perder la razón y cualquier día soltar algo más que cenizas.

Lo que sí conozco de Tehuacán es al Colectivo de Mujeres Insumisas que hartas de la explotación del patrón decidieron montar su propia empresa y hacer bolsas con pantalones de mezclilla usados. También conozco a las antiguas trabajadoras de la Exportadora de Pantalones, que hartas de la explotación del patrón le denunciaron y después de un año y tres meses de juicios, entrevistas, amenazas y extorsiones han conseguido que les den la maquinaria de la fábrica... lo que venga después sólo ellas lo saben.


Acompañar a Mauricio y a Manuel a dar un Taller sobre Derecho a la Información y el Derecho de Acceso a la Información ha sido la excusa perfecta para volver a encontrarme con ellas después de casi un año de haberlas conocido. Volver a verlas a supuesto encontrar de nuevo su cariño, sus abrazos, su reconocimiento y su petición de que antes de que termine el año tengo que regresar a verlas. El Taller fue un éxito y el tema les encantó, a mí como periodista me gustó escucharlas y reflexionar con ellas.

Volver a Tehuacán supuso una inyección de ánimo y una subida de ego, no sólo por los comentarios de las mujeres sino también por los de mis compañeros de taller que me agradecieron mi participación y alabaron mi capacidad... y eso cuando mi experiencia se basa sólo en un año. Otra vez me paro a pensar en todas las cosas buenas, en todas las experiencias vividas y en todos los aprendizajes que he tenido en este año además del desarrollo profesional y personal que México me ha dado; pienso en todas las oportunidades y confianzas que se me han ido brindando al cabo de los meses hasta llegar al punto de que mis más directos compañeros y compañeras me consideran una buena profesional. Creo que ya no es sólo cuestión de experiencia sino de pasión, de amor por lo que hago, de entusiasmo, de conectar con la gente, de escuchar y ser escuchada, de no tener miedo a aprender, a fracasar, a volver a intentarlo.

Ante la perspectiva de dejar México se me abren nuevas opciones laborales: seguir en Chihuahua con Adeco, dar un Taller de Liderazgo a las mujeres de Tehuacán con EPADEC, ser la responsable de comunicación de HIC-AL, mantener el trabajo con el FIDC aunque sea medio tiempo... o regresar a casa, a Barcelona, a hacer algo diferentes, algo que me desliga del trabajo social y comunitario, a retomar el periodismo. Volver a Tehuacán a supuesto volver a tener en la cabeza todas las opciones que se abren, es pensar en decidir, es hacer una maleta temporal o definitiva, es decidir qué pasará después... pero mientras ese momento llega sigo aprovechando los momentos y las oportunidades que aquí se me dan.

lunes, 22 de octubre de 2012

Billetes de ida y vuelta

Si algo he hecho mal en el último mes es cuidar el planeta...mi huella ecológica se ha disparado con tanto viaje de ida y vuelta a Madrid. Ahora me tocará compensarlo a través del reciclaje, el consumo responsable y alguna cosa más.

Más allá del daño que haya podido hacerle al planeta, estoy feliz. He podido volver a casa, volver a estar con mi familia, con la gente que me quiere, disfrutar de la ciudad, de las cervezas, de la música, de la buena compañía, de las animadas charlas donde las conversaciones y las risas se entrecruzan.

Sin embargo, este viaje también tiene otras connotaciones que afectan a qué pasará en unas pocas semanas. Quizás sea el momento de cerrar este blog porque México ya no formará parte de mi vida o quizás seguirá abierto porque la posibilidad de tener un trabajo en España desaparezca. 

Viajar a Madrid me deja una sensación rara. La incertidumbre laboral y la situación por la que atraviesa hace que el hablar con la gente me genere inquietud. La sensación que atraviesa el ambiente recorre desde la indignación hasta el hastío por no ver el final del camino. Es mucha la gente que espera una oportunidad, son muchos los requisitos que se piden para tener un trabajo. Ya no hay diferencias entre las personas con o sin titulación, da igual tener muchos años de experiencia que esperar la oportunidad para que te la den... todo el mundo piensa que así son las cosas. Lo más peligroso es que no se ve salida a la situación y son muchos los que opinan que va a ir a peor. Las cifras de los presupuestos lo avalan: en el caso de la cooperación la AECID va a manejar para 2013 el mismo presupuesto que en 1987. Y esto por poner un ejemplo de lo que a mí me toca más de cerca, pero no es el único caso. Pensar que la vida pasa por los presupuestos de hace más de 20 años pero que los precios corresponden al siglo XXI es una aberración.

Ante esta situación se pueden dar circunstancias en las carnes propias como que te anuncien un recorte salarial y de horas del 50% (situación que he tenido que pelear con el apoyo de mis queridas Redes y que al final ha quedado resuelto). Esto plantea la incertidumbre de cara al 2013: ¿regresar o no a México? Y ante este dilema entran en juego las cuestiones laboral y de desarrollo personal por un lado y las cuestiones personales de volver a casa por otro. Dejar atrás un proyecto por el que siento pasión, dejar atrás otros proyectos que han surgido en el camino, o apostar por seguir jugando en la misma liga a pesar de los recortes. Del otro lado está volver a casa, tener el apoyo familiar para seguir adelante, buscar una opción laboral menos satisfactoria pero más cerca de casa. Cualquiera de las decisiones implica riesgos y esos riesgos se tienen que resolver en el plazo de los dos próximos meses en los que habrá que tomar una decisión, que se mire por donde se mire, implica perder y ganar algo.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Historias en la Tarahumara (III): De matanzas y registros

Amanecer en Norogachi
Por la mañana Norogachi despierta cubierto por la bruma. El sol calienta los prados verdes y hace que el vapor emerja del suelo silencioso. No se ve el cerro, ni el valle y casi no se percibe el bosque que rodea la casa. Sólo el sonido del agua circulando por el río, el despertar de algunos pájaros, el maullido de los gatos y el gruñido de un cerdo que va a ser sacrificado interrumpen el silencioso ascender del agua.

Un hierro atraviesa el corazón del puerco y pone fin a su desesperación. Comienza el baño y el afeitado del animal, el sangrado y el despiece. Anareli y Elvira sujetan las patas, Lalo maneja el cuchillo con destreza y abre al cerdo en canal. Despacio mete sus manos en el animal para terminar de estirar los músculos y con un vaso empieza a vaciar la sangre en un barreño. Miro atónita el espectáculo de cuchillo y sangre sin atreverme a ayudar, a pedir permiso para participar del ritual. Prefiero darme la vuelta y ver como ocurre todo desde la ventana del cuarto donde muelo el maíz azul. La masa recorre el metate para después hacer una bola que terminará por ser una tortilla entre las manos de Juanita. De ahí al comal que se calienta sobre unas hoguera hecha en el suelo del patio. Dicen en la Sierra que la mujer que sabe hacer tortillas ya se puede casar. Creo que a mí todavía me faltan unas cuántas lecciones en la vida.

Matanza
Tras la matanza, las tortillas y el almuerzo a base de puerco asistiré a una reunión comunitaria. El salón está repleto de hombres y mujeres vestidos con trajes tradicionales, al estilo ranchero o combinando ambas. Muchos han caminado durante horas para llegar a Norogachi; el motivo: concienciar a las personas para que registren a sus hijos y se registren ellos mismos, que cada uno tenga un acta de nacimiento para poder tener "personalidad jurídica". En la mesa alargada que preside el salón están las autoridades de gobierno e instituciones. El resto del salón amueblado con bancas de madera, allí es donde se sienta el pueblo rarámuri. No sé bien quién mira a quién. El problema no es sólo que la gente no registre a sus hijos sino que a lo largo de su vida pueden utilizar diferentes nombres, ir construyendo una identidad propia con un nombre que les identifique; otros no tienen apellido y algunos utilizan como fecha de nacimiento "las primeras lluvias de abril" o "la recogida de la cosecha en casa de Juan". ¿De qué año? Quién sabe. Es el vivo ejemplo de que una persona puede ser quien desee en cualquier momento de su vida. Es el vivo ejemplo de que estas personas carecieron de valor para el Estado durante muchos años: si no estaban en los registros no existían y si no existían no era necesario atender sus necesidades de sanidad, derecho al voto, derecho a unas infraestructuras, derecho a la educación. Invisibilizados, olvidados y felizmente aislados en la Sierra Tarahumara... hasta ahora.

Los pies del camino
Los hombres traen guaraches hechos con llantas y correas de cuero. Recorren largas distancias por caminos de tierra cargados de polvo, carreteras por las que nunca pasan coches y en marañados bosques de encimas y pinos. Sus pies son anchos, agrietados, curtidos por el roce de la tierra, callosos por el peso del camino. Las mujeres con sus vestidos floreados cargan niños a la espalda atados con un reboso; después de la reunión también cargarán con las bolsas de alimentos y le darán la mano al niño que ya puede caminar solo para regresar a su comunidad.

Mujeres rarámuri
Los niños me miran y sonríen. Juanita me ha hecho responsable de una bolsa llena de chocolates. Me miran, miran a sus madres, señalan la bolsa con los dulces y me dicen algo en rarámuri que no entiendo. Yo sólo sonrío y en un gesto de juego y complicidad les doy una a cada uno; pronto tendrán las manos cubiertas de chocolate y los dientes marrones. Creo que ahora sonríen más que antes.

Caminamos por la carretera en busca de Chelina. Antes entramos en la iglesia: una nave desnuda con altos ventanales y un Cristo crucificado al fondo. Bajo sus pies una virgen del Pilar diminuta, sin manto sólo cargando con su niño en brazos. La madera del suelo cruje bajo los pies, los bancos parecen cubiertos de polvo o más bien están ajados por el paso del tiempo. A la entrada de la iglesia y antes de que comiencen las filas de asientos queda un espacio vacío; creo que es para que las mujeres se sienten con sus hijos como hicieron en la reunión de la mañana.

Chelina camina deprisa, con determinación y de manera ágil por el camino de piedras, mientras yo procuro no meter mis pies en los charcos o no resbalarme en el siguiente paso. Conoce los atajos para llegar a la carretera y no se detiene jamás para mirar atrás. Lleva tres años como gobernadora de Norogachi, dice que no es común que una mujer ocupe un puesto de tanta responsabilidad pero que la eligieron los hombres por su trabajo en el hospital, por sus conocimientos, por su manera de hablar y explicarse, por no agachar la mirada.

Vuelve a llover en la Sierra. El cielo se ilumina con cada relámpago, caen gotas grandes que repiquetean en las piedras y en el techo de lámina. Todavía no son las nueve de la noche pero ya ha oscurecido, ha sido un largo día, es hora de despedirse, dar las buenas noches e irse a dormir.

Rarámuri con traje tradicional

Historias en la Tarahumara (II): Encuentros en Norogachi

Norogachi: en casa de Juanita
Por la noche en Norogachi se escuchan los grillos y el río que corre por el cerro. Se escucha la guitarra de Anareli y a Elvira que canta bajito para no despertar a la noche. Las mujeres que trabajan en la construcción de las trincheras para la retención de suelo de Las Turbinas lo hacen con el traje tradicional. Caminan por el cerro recogiendo las piedras que servirán de contención, caminan con su guaraches (sandalias de cuero que se atan en sus tobillos. En algunas ocasiones las suelas son de neumático reciclado) y sus faldas de vuelo llenas de colores. Cargan las piedras mientras sus trajes de flores se enredan en las ramas caídas y contrastan con los colores ocres del bosque.

Luli admirando la presa de El Táscate
Ha vuelto a llover en la noche, de nuevo el pasto brilla con el rocío que permanece pegado en las hojas y que busca el lugar por donde escapar hacia el suelo o evaporarse hacia el cielo... volverá a llover. Hemos comido dos veces: una con Chiro que nos llevó a casa de una prima, la segunda con Juanita en su casa que nos esperaba casi con la mesa puesta... no se puede decir que no cuando a una le abren las puertas de una casa y le invitan a compartir un plato de comida. Todavía no me acostumbro a visitar las letrinas en la mañana (en realidad, en ningún momento del día) y a pasar tres días sin ducharme. Hoy por fin lo hice; por fin pude ducharme calentando una olla de agua durante casi una hora en la estufa de hierro cargada de madera. No sé que tiene el fuego, ni la lluvia en el cristal que me hipnotizan, me alejan del mundo, dejan mi mente en blanco y me transportan a ningún lugar. Como si de una escena a cámara lenta dentro de una película se tratase noto como el agua recorre mi cuerpo, escurre por mi pelo y baja por mi espalda hasta perderse en las piernas. Se ha hecho de noche y el baño no tiene luz, así que me alumbro con la linterna de un móvil y los relámpagos que de vez en cuando se cuelan por la ventana para verme desnuda.

Rodrigo moliendo el maíz
He hecho tortillas de maíz a mano en El Táscate bajo la divertida mirada de Luli y las risas de Chiro al ver mi incapacidad, al ver cómo para cada tortilla invierto el mismo tiempo que invierte Luli en hacer más de dos. Chiro se ríe sobretodo cuando Rodrigo decide que también quiere probar: "Los hombres no hacen tortillas". Así es, en la Sierra Tarahumara los hombres no hacen tortillas; como las mujeres no acarrean leña, no cuidan de la milpa, no traen dinero de fuera y no vigilan los huertos salvo que ellos se tengan que marchar de la casa. En ese caso, ellas harán todo eso y más: cuidarán de los hijos, prepararán la comida, tendrán la casa limpia, mantendrán el fuego vivo, coserán sus trajes y esperarán a que ellos regresen.

De pronto, soy consciente de la dependencia (casi enfermiza) que tengo de la tecnología. Tan sólo llevo tres días sin estar delante del ordenador, viajando durante horas por internet y hoy al ver la posibilidad de conectarme en el café internet del profesor Rodolfo en Norogachi al que fuimos a entrevistar me he puesto nerviosa. Quizás mañana vencer a la tentación sea demasiado fuerte, hoy sin embargo salimos como si nada importase, como si el mundo más allá del horizonte no significase nada.

Al regresar por el camino de tierra y piedras veo a Juanita y a Lalo sentados en la barda de piedra de entrada a la casa. Ella está vestida de azul y rosa con su traje tradicional, con el pelo recogido en un moño a mitad de la cabeza; él vestido de ranchero con sus botas camperas y su sombrero blanco, la camisa de cuadros por dentro del vaquero que queda sujeto con un cinturón de cuero y cerrado con una hebilla metálica. Los dos desgranan el maíz mientras se miran a los ojos y hablan en voz baja. Mañana volveremos a tener tortillas recién hechas para desayunar.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Historias en la Tarahumara: Despertar en Molinares y El Táscate


Molinares
Por la noche en Molinares se escuchan las ranas y los grillos. En El Táscate, que además de un lugar es el nombre de un árbol, no hay ranas pero sí grillos. En Molinares a pesar de las gallinas no hay gallo que las fecunde; pero en El Táscate los gallos son los que a las seis de la mañana anuncian que ya es de día.

Las estufas de hierro cargadas de madera más o menos seca calientan el agua para el café de la mañana y queman la plática en familia de la noche, dan calor e invitan a irse a la cama con colchón de lana que se hunde y se balancea con cada movimiento de sueños inquietos. Por la mañana, todo está verde y ha nacido el pasto que cubre el suelo cubierto de rocío y que alimenta a caballos y vacas en los recintos cercados.

Estufas que me llevan de vuelta
a casa de mi abuela. Recuerdos
imborrables de mi infancia
A través de los bosques de encinas se filtran los primeros rayos de sol que levanta el vapor del suelo convirtiéndolo en una neblina que se pega a la cara y que sólo deja intuir la amplitud del valle y las siluetas de las casas y la carretera de tierra que corta las lomas. En Molinares el sol se refleja en los troncos cortados que esperan ser recogidos y llevados al aserradero. En EL Táscate el sol se refleja en la hojas verdes de la milpa y en la cubierta del invernadero. El agua ya está caliente; el café es soluble pero los huevos son frescos, con la yema muy amarilla y la clara muy sabrosa.

Lilia y Pepe nos hablan de sus hijos, de las elecciones, de cómo está la escuela, de su relación con el nuevo maestro y de algunos de sus vecinos. No sabemos de qué hablan Chiro y Luli porque lo hacen en rarámuri pero deben ser muchas cosas divertidas porque a cada rato ríen y pocas veces nos miran; no importa que haya invitados en casa.

Por la mañana en Molinares se hacen tortillas de harina (harina de trigo mezclada con una cucharadita de levadura y un poco de sal). Por primera vez en mi vida he metido las manos en la masa y he amasado tortillas. Las tres primeras parecían masa para pizza, guarache y hot cake; la cuarta salió por fin redonda (bueno, más o menos redonda). Don Pepe se ríe y me da indicaciones desde la cabecera de la mesa: fuerte, dale vuelta, otra vez, ya te va saliendo. Ha dado la vuelta a la silla y se sienta a horcajadas, con un mano apoyada en el respaldo mientras que con la otra sujeta la taza del café y sonríe.

El Táscate
Por la mañana en El Táscate tengo que ir al baño pero no está dentro de la casa, salgo al frío de la mañana y  miro a mi alrededor: no sé dónde está, así que me arriesgo a salir detrás de un arbusto cercano con la esperanza de que nadie más salga con la misma urgencia y sienta que ese también es un buen lugar. Más tarde me enteraré que era en la otra dirección, que la pequeña caseta a unos cuantos metros es la letrina. La primera vez que la visito me viene a la memoria la película Slumdog Millonaire... tengo miedo de caerme dentro. Lo único "bueno" de no saber dónde estaba la letrina, es que al final no he ido sola detrás del arbusto; al menos ocho pollos ya medio crecidos me han acompañado y después, más rápidos que yo se han metido en la casa. "¡Mierda! y ahora ¿qué hago?" -pienso. Chiro y su esposa siguen acostados en la planta de arriba pero no creo que quieran bajar y ver como su cocina está llena de pollos que corretean de un lado a otro picado el suelo en busca de comida. "¿Dónde está la escoba?" - digo en voz baja mientras miro a mi alrededor. "Ya la tengo, todos fuera!!" Y después de cerrar la puerta, respiro más tranquila y me siento en una silla para ponerme las botas de montaña a la espera de que mi corazón recupere el latido normal. Va a ser el segundo día que pase sin ducharme pero que coma huevos con frijoles para desayunar.

Regresé al Molinares después de visitar los cultivos de besa de El Consuelo y las trincheras para el arroyo montada en la caja de la tronca, esquivando las ramas de los árboles, saltando en cada desnivel e intentando agarrarme de algún lado mientras saco fotos del camino. Caminamos por un bosque de olmos, lleno de ramas, árboles tumbados y hojas que crujen bajo mis pies. 

Árboles corazón. Homenaje a
Juego de Tronos que tanto me
acompaña en este viaje por México
De camino a Norogachi subimos y bajamos la Barranca tan deprisa que casi no se veía el increíble paisaje de toda la sierra encadenada y bañada por el río. Los caminos de tierra terminará por destrozar mi espalda pero me permiten escuchar el bosque, ver los árboles corazón (madroños que de manera espontánea pierden la corteza y dejan al desnudo su alma roja y blanca) que sobresalen frente al resto por su color y no por su altura.

Hace unos meses llegaron a Molinares cuatro camionetas del ejército y asustaron a la gente con sus armas. A Norogachi llegó el Cártel de Juárez y el de Sinaloa y se enfrentaron en la carretera; los militares que llegaron encontraron fuego cruzado. Mataron a un soldado, de los otros nada se sabe. En ambos lugares han encontrado fosas con gente: seis, ocho, once personas con familia. En los dos lugares la gente sabe lo que pasa pero pocos hablan, miran al suelo, giran la cabeza y bajan la voz. Mientras unos talan madera otros siembran marihuana y todos guardan silencio. Dicen que el Chapo está en Sinaloa o puede que en Guachochi, dicen que ha ido de visita y que la propia policía lo escolta por las calles. Dicen que el Mirador que está en la Barranca de la Sinforosa lo construyó él para poder ver la sierra. Dicen que en Molinares levantaron al nieto de Don Enrique por juntarse con la gente mala y nadie sabe dónde está; al otro lo tienen en Veracruz y ya no saldrá de la cárcel en lo que le queda de vida.

BIENVENIDOS A MI VIAJE POR LA SIERRA TARAHUMARA

Camino de Norogachi: en la Barranca

martes, 18 de septiembre de 2012

Extra, extra... días noticiosos

Son las 08.30 de la mañana, es lunes 17 de septiembre de 2012, comienzo a abrir los ojos, me voy desperezando, me envuelvo en las sábanas que se enrollan alrededor de mi cuerpo como tentáculos que me impiden salir de la cama. Estiro el brazo, alcanzo mi IPhone, escribo el código de acceso y de pronto empiezan a sonar los mensajes de What's Up. Mi primer pensamiento fue para "las niñas" y sus buenos días. Estaba en lo cierto, eran ellas que escribían en pleno clímax. Había saltado la noticia: Esperanza Aguirre dejaba su acta de diputada y la presidencia de la Comunidad de Madrid. "No puede ser" pensaba yo todavía con los ojos a medio abrir, no puede ser porque en España nadie dimite y menos a medio camino de la legislatura y menos ahora con el PP en el poder... ¿o es que era el momento idóneo, la perfecta maniobra política? No es que no me crea a mis amigas pero tuve que acudir a los medios de comunicación para contrastar la información (http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/09/17/madrid/1347883820_376170.html) y ahí estaba la noticia con grandes letras y ocupando las portadas. Salté de la cama, encendí la radio y me quedé pegada todo el día. El siguiente movimiento: escribir a mi padre y pedirle explicaciones de porqué no me había escrito para contármelo. Su respuesta: ¿qué ha pasado? Estoy de viaje y no me he enterado... Le doy la noticia. Escribo a Amparo y me dice que tampoco lo sabía... Como siempre digo la vida está llena de ironías y ésta es una de ellas: yo desde México cual vocero dando los titulares del día a mi familia que está en España.

El primer sentimiento fue de entusiasmo y alegría. No lo puedo evitar. Nunca ha sido un personaje político de mi agrado,ni como Ministra, ni como Presidenta de la Comunidad de Madrid. Durante algunas semanas tuve que acudir como reportera de Europa Press a sus eventos y ver cómo la gente se la comía a besos, y escuchar cómo tiraba balones fuera ante ciertas preguntas, y acusar delante de todo un anfiteatro a sus colaboradores de no hacer su trabajo o de no haberla informado. Además es el personaje que de manera más encarnizada ha representado y presentado las posturas más liberales de su partido y ha cometido algunas de las mayores barbaridades en la Comunidad de Madrid. Si analizo el personaje desde el punto de vista periodístico no puedo por más que decir que sí era "el personaje". Hablar con ella suponía tener el titular del día por encima de cualquier otra persona de su partido; ha conseguido portadas nacionales con menos esfuerzo que otros como Mariano Rajoy... como se suele decir: "abría la boca y subía el pan". Nos ha dejado grandes declaraciones como el hecho de no conocer a Santiago Segura siendo Ministra de Cultura, tener un accidente en helicóptero y como James Bond salir sin despeinarse o sufrir un atentado y dar unas declaraciones en la recepción de un hotel en sandalias y calcetines. 

Tras este recorrido por la memoria, empiezan las especulaciones de su salida más allá de los motivos familiares que alega e incluso los de salud. Las mentes mal pensantes como la mía empezamos a divagar por los motivos oscuros que pueden estar detrás. Quizás con la llegada del PP al poder haya perdido uno de sus papeles fundamentales que era "dar caña" al Gobierno y ahora no es el momento de enfrentarse al jefe. Quizás haya sido el cabreo porque su enemigo Gallardón (al que le dedicó alguno de los peores insultos que se han escuchado de la boca de un político) ha llegado al Gobierno que ella quería presidir y no pudo. Quizás se haya dado cuenta de que jamás podrá ser la candidata por su perfil. Quizás es que la Comunidad de Madrid vaya a necesitar un rescate en los próximos meses y ella no quiere estar en la Puerta del Sol para escuchar más gritos contra su personas... Demasiadas especulaciones sin respuesta pero que poco a poco se irá desvelando. Por lo pronto nos quedamos con Ignacio González, todo un personaje envuelto en muchas cosas y al parecer enemistado con Rajoy. Sólo me queda la duda de si como dicen esta decisión la llevaba meditando Aguirre desde hace un año, por qué se presentó a las elecciones como Gallardón. En un ejercicio de responsabilidad política deberían haberse mantenido al margen, pero cada vez me queda más claro que los políticos no son responsables ni conocen la responsabilidad con los ciudadanos y su derecho a decidir. Ayuntamiento y Comunidad de Madrid deberían convocar elecciones, aunque tal y como está la economía y para lo que nos queda dirán que no es el momento.

Esto pasó el lunes 17, pero el martes 18 no se ha quedado atrás. Esta vez no he recibido los mensajes de mis amigas, sólo he encendido la radio para ver cómo seguía el tema de Aguirre cuando resulta que el Rey se ha puesto a escribir, a apelar a la unidad nacional y aunque en su carta no cita de manera directa a Cataluña ante los últimos acontecimientos parece claro y evidente (http://www.casareal.es/ES/Paginas/home.aspx). Siguiendo la Constitución el Rey es el Jefe del Estado, pero sus manifestaciones políticas quedan restringidas a eventos públicos y al mensaje de Navidad. Todo manifestación extra debe ser comunicada al Gobierno. Ante esto me asaltan dos preguntas: en el ocaso de su reinado ¿el Monarca ha decidido ponerse el mundo por montera y volver a los momentos del 23-F para actuar como Jefe del Estado por encima del bien y del mal y apelar a la unidad? o ¿acaso el Gobierno era consciente del escrito y ha aprovechado la figura del Rey para expresar lo que ellos no están ahora para decir? En fin, que las quimeras traerán portadas y titulares en primera plana... sino fuera porque en el mismo día ha muerto Santiago Carrillo (http://www.cadenaser.com/espana/articulo/muere-santiago-carrillo-97-anos/csrcsrpor/20120918csrcsrnac_25/Tes). Esto hará que los periódicos (o algunos al menos) lleven a la primera página las dos noticias. El Rey se quedará sin su portada y a lo mejor hasta le viene bien, porque son muchos los que hablan de que se ha tomado más libertades de las que le corresponden.

No seré yo la que hable de la figura de Santiago Carrillo porque desconozco muchos pasajes de su vida, nunca he leído un libro suyo, ni he sido fiel seguidora del Partido Comunista. Sin embargo, sí creo que ha sido una de las grandes figuras del siglo XX en España, que le tocó luchar por un ideal que al final logró, que tuvo que ceder y ver como su España lejos de ser Republicana volvía a la Monarquía. Me quedará en la retina las imágenes suyas en el Congreso de los Diputados, sentado en su escaño durante el Golpe de Tejero, sus ponencias en la Universidad, su voz en la radio, su discurso lento y pausado donde se enlazaban ideas, historias y utopías. Recordaré al Carrillo del cigarro en la boca y el trago de agua.

A pesar de que para mí ha sido la noticia más importante del día, y según mandan los manuales de periodismo debería ir al inicio, la dejo para el final por lo que me toca en lo personal. Regreso a Madrid en octubre, serán pocos días, serán días de trabajo, de reuniones, de seguir avanzando en este proyecto que es el FIDC y la constitución y consolidación de Antenas Regionales, pero no deja de ser un regreso a Madrid. Es volver a encontrarme con la familia y l@s amigos, es pasar unos días bajo ese cielo azul que tanto me atrapa, es volver a salir de noche y desayunar con mi madre cada mañana. Por ello, ahora quiero intentar pelear llegar unos días antes y regresar unos días después para tener el tiempo necesario para recibir todos los besos y abrazos que tan feliz me hacen.

viernes, 14 de septiembre de 2012

En el día de la Independencia... siente una española a su mesa

La vida tiene ironías. Ironías como residir en México y que por segundo año consecutivo me toque vivir la fiesta patriótica por excelencia: el día de la independencia. El 16 de septiembre de 1810 el cura Hidalgo "dio el grito" que daba inicio a la sublevación contra la autoridades del Virreinato de la Nueva España y tañó las campanas de la Iglesia de la parroquia de Dolores. Así, el pueblo mexicano se levantó en armas contra las autoridades españolas que habían abdicado el poder a favor de los franceses. Con este gesto se puso fin a la colonización y como recuerdo de estos hechos cada año, a las 11 de la noche del 15 de septiembre el Presidente de la República, los Gobernadores de los Estados, los jefes municipales y hasta los delegados salen a los balcones de las plazas públicas a tocar las campanas portando la bandera nacional, para con las siguientes frases empezar los festejos con fuegos artificiales: 

¡Mexicanos!
¡Vivan los héroes que nos dieron patria!
¡Víva Hidalgo!
¡Viva Morelos!
¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez!
¡Viva Allende!
¡Vivan Aldama y Matamoros!
¡Viva la independencia nacional!
¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!

Y aquí estoy yo. Presente ante la multitud que compra en los puestos callejeros banderas para adornar balcones, coches, autobuses y salas de fiesta. Compran cinturones, cintas para el pelo, horquillas, diademas con luces, camisetas, vestidos, collares y globos todos con los colores de la bandera: verde, blanco y rojo. Se venden cohetes y fuegos artificiales para que ninguna casa se quede sin hacer ruido. Las plazas se adornan con guirnaldas, con luces de colores se representa a los héroes de la independencia. En cada barrio se da la bienvenida a las fiestas más patrióticas. Se prepara el desfile militar, se cortan calles y se vende alcohol, mucho alcohol para festejar que México es un país libre de los colonizadores. Las casas huelen a pozole, a tostadas con crema, a chiles en nogada.

Las ironías de la vida hacen que todo el mundo me recomiende que ese no saque a pasear mi camiseta de la selección española con la que celebré el triunfo en la Eurocopa. Piensan que sería una provocación y yo no he venido aquí para hacer experimentos sociológicos.

Pasado el 15 y 16 de septiembre todo volverá a la calma. Se barrerán las calles, se desmontarán los escenarios, desaparecerán los puestos de motivos patrios, las banderas quedarán olvidadas en los balcones a merced de la lluvia. El olor a pólvora desaparecerá y todo volverá a ser como siempre. En el discurso popular desaparecerá el odio al colonizador y España volverá a ser considerada "la madre patria".

Si me preguntan qué voy a hacer estos días: pues seguir las tradiciones del país que me da asilo. La noche del 15 será para el festejo, la música, el baile y las bebidas (además de celebrar un cumpleaños). El 16 será la comida familiar en casa de Blanca con su pozole, sus tostadas y sus chiles en nogada (todo un desafío para mi dieta). Será el día de los brindis, del hermanamiento y los agradecimientos por mi parte por todo el cariño y la buena acogida que este país, y en especial esta familia me han brindado.

FELICES FIESTAS PATRIAS

domingo, 26 de agosto de 2012

Volver a casa

 Ya estoy en México otra vez... sin embargo, esto no es volver a casa, es regresar donde debo estar. Volver a casa ha sido pasar 15 días en Madrid disfrutando cada minuto, cada hora, en familia y con amig@s.

Han sido 15 días que me hacen regresar con una maleta llena de buenos recuerdos, decenas de abrazos, cientos de besos, un montón de mimos, alguna lágrima y algo de ropa nueva. 15 días cargados de risas y de bailes, de cervezas Mahou, de electrónica, rock, salsa y pachangueo. 15 días que se convirtieron en 16 cuando yo perdí mi vuelo... tenía tantas ganas de pasar más tiempo en Madrid que ni me di cuenta. Han sido 15 días de viajes, baños, tomar el sol, salir a comer y cenar, acostarme tarde, dormir bien y despertarme cada día entre besos y cariños. Días de fútbol, de paella, de Vistillas, de cine.

15 días de encuentros y re-encuentros, días para compartir, para soñar, para pasarlo bien y disfrutar. Días en los que el ordenador permanecía apagado y solo se escuchaba el teclear en el What's Up para hacer el plan siguiente.

Han sido días serenos que me han servido para compartir mucho tiempo con mi madre, pasear con ella, disfrutar de mis niñas, reír con mis niños y sentir todo el cariño. Los miedos a ser extranjera en mi propia patria desaparecieron al poner los pies en ella; desde el inicio, y cada momento compartido, ha sido maravilloso. El tiempo no se ha detenido, ha seguido avanzando pero a pesar de la distancia, volver a casa ha sido más fácil que nunca... hasta el punto que lo más difícil ha sido tener que regresar, hacer de nuevo la maleta y poner rumbo a México... la ciudad que tanto me da y al mismo tiempo tanto me quita.

Han sido días de regalos, fotos y recuerdos, pero lo más importante es que han sido días para volver a recuperar las energías y el ánimo perdidos y regresar para esperar que pasen los meses y vuelva a tener este encuentro tan maravilloso con mi gente. Cuando vuelva a Madrid ya no habrá 40º sino 10º, ya no iré con camiseta de tirantes sino con abrigo, ya no tomaré gazpacho sino que me comeré un buen cocido. Llegaré para el sorteo de Navidad, las cenas familiares, la nochevieja, los regalos de Reyes y lo mejor de todo es que sé que volverá a ser increíble.

GRACIAS A TOD@S L@S QUE EN ESTOS 15 DÍAS HABÉIS ESTADO TAN CERCA Y ME HABÉIS HECHO SENTIR EN CASA