sábado, 10 de diciembre de 2011

Y la ciudad tembló

Jamás en mi vida había vivido un temblor de tierra. Jamás en mi vida había tenido esa sensación de incertidumbre sobre lo que estaba pasando. Jamás los segundos se habían hecho tan largos. Por suerte y a pesar de los 6,4 grados del temblor todo está bien, yo estoy bien y ya puedo decir que tuve una nueva experiencia en mi vida.

Afortunadamente cuando la tierra tembló estaba acompañada y en la calle, y la verdad fue más una anécdota que un miedo real. Estaba en el centro de Coyoacán con Blanca y Guillermo porque Óscar tenía una exposición y después de ver el fútbol fuimos a ver cómo le había ido. Ya estábamos saliendo, acompañamos a Óscar hasta su coche para cargar el material que le había sobrado y de pronto la tierra tembló... creo que de abajo hacia arriba y otra vez abajo. Unos poco segundos, como cuando pasa el metro por debajo o como cuando un camión pasa cerca. Pero en Coyoacán no hay metro y sólo había pasado un taxi. Yo miré a Blanca y dijimos "¿ha temblado no? qué raro." Y Óscar dijo: "¿qué pasó? ¿pasó un camión?" Y entonces la tierra osciló hacia los lados, un movimiento lateral que sacudía las hojas de los árboles y hacía saltar las alarmas de los coches estacionados. Internamente sentí como un mareo, como flojera en las piernas y miré a Blanca. Ella estaba más asustada; recordó lo ocurrido en el terremoto de 1985 y pensó en la ciudad otra vez devastada y en especial las colonias más populares en las que estuvo organizando los refugios, la comida y las nuevas construcciones. Sólo fueron unos segundos y paró.

Nos despedimos de Guillermo y Óscar y nos fuimos al coche aparcado dos calles más allá. Durante todo el camino fuimos especulando sobre cuánto había durado, cuál sería su magnitud y si a lo largo de la noche habrá otra réplica. Al poner la radio nos enteramos de que ha sido un temblor de 6,4 grados (algunos dicen 6,7) con epicentro en el Estado de Guerrero. En la ciudad no ha habido daños, tan sólo algunos cortes de luz en la zona del centro y las redes de telefonía saturadas por las llamadas y mensajes. Por lo demás todo en orden. Las fuentes oficiales han informado de que finalmente fue un sismo de 6,8 grados en la escala Richter.

En previsión de lo que mañana se escuche en las noticias de España mientras yo estoy dormida he avisado a mis padres para decirles que todo está bien, he escrito en Facebook que estoy bien y ahora dejo este pequeño comunicado para insistir en que todo está tranquilo.

Una experiencia más que sumar a la vida; una experiencia más que sumar a mi viaje a México. Una nueva sensación que por lo pronto me ha dejado bloqueada, pero que ahora asumo con calma. Todo está bien, yo estoy bien y la ciudad que me cobija por las noches está bien... hasta pronto.

Aquí dejo un par de enlaces de los primeros reportes del suceso:

lunes, 5 de diciembre de 2011

Esferitas, salsa, teatro y mirador... resumen del fin de semana

Es un hecho: los fines de semana empiezan los jueves (o juernes o juebebes dependiendo del momento y el lugar). Así que para no romper con ello mi fin de semana empezó el jueves y terminó el domingo... reconozco que ya no estoy para estos trotes, pero que ha merecido la pena porque he conocido gente nueva y lo he pasado en grande.

Para no alargar mucho el cuento diré que martes y miércoles Berenice me invitó a su casa (muy cerca de la de Blanca) para que le ayudase a ella y a Leslie (sobrina de Blanca) con sus trabajos manuales de cara a las próximas fiestas navideñas: hacer esferitas de colores para decorar los árboles. Yo nunca he sido muy creativa, ni muy habilidosa para las manualidades pero pasar la tarde en buena compañía, hablando de miles de temas y pintando se me hacía buen plan. Tanto me gustó que repetí el miércoles. En esta primera fase del trabajo se trataba de forrar las esferas blancas de unicel con papel de periódico y cola, después con un papel más grueso, pintarlas de blanco y luego con un color base para decorarlas (parte a la que ya no llegué). Estuvo muy divertido: pintamos, charlamos, nos metimos con Felix y Pablo que estaban trabajando en sus diseños, tomamos café y cenamos pan dulce (lo que en Madrid sería bollería como donuts, pan de muerto, etc.)

Así llegó el jueves con su plan salsero: cita con Ángela y su amigo César para ir a bailar a Mamarumba, un lugar famoso en el DF por su ambiente cubano, su música en directo y el buen ambiente de fiesta que hay en el local. Como siempre, el plan inicial era regresar temprano, pero las cosas son como son y cuando se pasa bien y se está en buena compañía las horas pasan sin darnos cuenta. Al final llegué con Ángela a casa de Blanca a las 4 de la mañana... ya era viernes. La anécdota de la noche la puse yo cuando me arrastró a la pista de baile un chico asiático de 1,90m que no paró de darme vueltas... para Ángela y César lo más gracioso era ver a un asiático bailando con una europea en la Ciudad México en un lugar cubano... la vuelta al mundo en unos pocos metros cuadrados.

Según yo el viernes iba a ser un día tranquilo, de esos en los que no hay nada que hacer, en los que todo el mundo va a quedar pero a mí no me iban a avisar... pues terminé en el teatro (la vida te da sorpresas). Estuve viendo a la Compañía Cebra Danza Gay en el CENART... una maravilla visual, en especial, la primera parte y la última donde los 12 bailarines (todos hombres) hicieron cosas espectaculares. Sentada en la butaca, sin poder pestañear ni moverme, me di cuenta de las cosas tan increíbles que se pueden hacer con el cuerpo y lo desaprovechado que lo tenemos la mayoría. También me gustaría rescatar la primera puesta sobre el escenario en el que todos los integrantes hicieron un desfile de moda, de cuerpos espectaculares donde lucían faldas, cazadoras, penachos, camisetas hechas o decoradas con condones y cajas de retrovirales como acción reivindicativa de las personas con VIH/SIDA. Me quedé clavada en la silla, sin poder moverme y pensando en muchas cosas. Después de eso: cena típica mexicana con pozole y unas cervezas en un bar de lo más peculiar donde se nos sentó en la mesa un hombre de 60 años que nos habló "del barrio", de como una vez al mes le decía a su mujer que bajaba al barrio a tomar algo, a ver a la gente y su mujer le pedía que no regresara muy borracho (esto no lo consiguió) y que no gastara mucho dinero (esto no lo sé). Nos habló del amor, de sus 35 años de matrimonio, de cómo conoció a su esposa y según él "lo casó", de la magia de las mujeres y la simpleza de los hombres... en definitiva, conversaciones de borracho solo que de pronto se encuentra con gente que no es del barrio y necesita conocer... un filósofo de bar, un artista, un poeta con dos tragos encima y mucha vida que contar. Al final me dieron las 3 de la mañana... ya era sábado.

Era sábado y yo estaba en casa pegándome con internet, avanzando la tesina, intentando trabajar pero con el run run de que era sábado y no sabía qué iba a hacer. Había diferentes
opciones pero ninguna se concretaba... Al final y para iniciar el día me fui con Blanca a comer al colegio de Fernanda (hija de Bere) porque hacían un Kermés... vamos un mercadillo con comida y actividades para recaudar fondos y hacer mejoras en el colegio. Lo más bonito ver a las mamás y papás colaborando en las diferentes actividades y participando de la fiesta, lo más curioso ver como los papás eran los encargados de dar cuerda para que niñas y niños saltaran y apostaran cuántos saltos eran capaces de dar y así conseguir un premio. Una bonita experiencia. Después planes para cenar, para ver el boxeo (el combate de Margarito que perdió) y a ver qué pasaba... pues lo que pasó es que me llevaron al Mirador de Cuernavaca a ver la ciudad de noche. A pesar de la contaminación, que alcanzó el pico máximo del año, el cielo estaba despejado y pude disfrutar del DF en la noche, de la inmensidad de la ciudad, de las infinitas estrellas. Un plan no preparado que salió de maravilla, en buena compañía, acompañado por una copa y buena música... ya era domingo.

Para cerrar el fin de semana nada como pasar un día tranquilo, durmiendo hasta tarde y recuperando las noches perdidas en la fiesta. Día para cocinar en familia y comer con Blanca, Rafa, Dani y Pablo a la espera de que Guillermo regresara de ganar su tercera carrera salvaje con la medalla del primer puesto de su categoría. Día para ver fútbol americano y que me intentaran explicar las reglas del juego (todo un mundo complejo). Día para ver una corrida de toros y explicarle a Pablo (hijo de Rafa) las reglas del momento y proponerles que hiciéramos una fiesta de disfraces en la que Pablo fuera el torero, el resto la cuadrilla, Rafa de picador y Blanca y yo de manolas con mantilla negra y peineta... no se hará pero sólo planearlo nos sacó una gran sonrisa.

Ahora toca trabajar, empieza la semana de reuniones: lunes, miércoles y viernes ya están confirmadas... pero la fiesta también. Esta semana es el cumpleaños de Andrés y de Guillermo así que saldremos a cenar y a tomar algo, Ángela quiere que repitamos el plan salsero, la gente de Adeco quiere que cenemos el viernes después de la reunión, el sábado hay R. Madrid - Barça y estamos organizando la reunión...

Nada más que decir, sólo que en los momentos de alegría también me gustaría tener un rostro conocido, el abrazo de una amiga, la complicidad de un amigo, para compartir, para decir las tonterías de siempre, para estar con mi gente. Mientras llega el momento procuro seguir los consejos de la mayoría que me dicen... pásalo bien y disfruta de la experiencia.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Entre reuniones y aprendizajes

Lo sé, llevo unos cuantos días sin escribir, sin contar todas las cosas buenas que me están pasando, pero la verdad es que he tenido una semana de locura en la que he hecho miles de cosas y no he tenido el tiempo necesario que esto se merece. Ahora, en esta mañana de sábado, de cielo azul en donde brilla el sol os cuento todas las cosas bonitas que me han pasado.

Respecto al trabajo, he estado en la oficina de ALOP con Norma Castañeda y su equipo. Una delicia la verdad. Como el Secretario General anda por Busán en una reunión me acomodaron en su despacho y ahí estuve avanzando trabajo, porque por fin estoy en el camino. Las redes me han ido poniendo en contacto con otras personas que ya me están mandando las peticiones y esto empieza a funcionar. Ahora siento que el trabajo se está frenando desde Madrid y eso me jode, pero bueno despacito hasta que agarremos ritmo y todo fluya.

El jueves Norma me invitó a que la acompañara a la Asamblea Nacional 2011 de la Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio (RMALC - http://www.rmalc.org.mx/index.shtml). Al final de la mañana pedí la palabra y agradecí a todas las mujeres y hombres que estaban allí presentes, que venían desde Chihuahua hasta Chiapas, que en tan poco tiempo me dieran una visión tan buena y general de la situación de México. Hablaron de agricultura, medio ambiente, mujeres, elecciones, explotaciones mineras, petróleo y los retos de cara a 2012. Les agradecí el tiempo que me habían ahorrado, porque si hubiera tenido que buscar toda esa información para la tesina habría tardado días y ell@s consiguieron darme una perspectiva increíble. Es maravilloso seguir aprendiendo acerca de este país, de sus gentes y sus luchas; aprender de sus problemas y sobretodo aprender de su capacidad de lucha cuando diariamente se enfrentan a situaciones difíciles y a pesar de todo siguen adelante, siguen caminando y siguen reivindicando soluciones para tod@s.

La nota curiosa fue encontrar en el evento a uno de los participantes que estuvieron en las pasantías de HIC-AL este verano. Cuando de pronto nos vimos nos abrazamos y nos sonreímos y comentamos lo pequeño que es el mundo. Miguel Colunga vive en Chihuahua, allí tiene una hacienda agrícola y ganadera, está casado, tiene dos hijas y lucha por unir a los campesinos del norte de México para combatir la gran sequía que ya dura más de un año y está esquilmando el campo. Cuando compartimos la experiencia en verano, cada mañana me preguntaba: "¿cómo nos hemos levantado hoy?" Justo fue el momento de la visita del Papa a Madrid, de nuevas manifestaciones del 15M y yo lo vivía desde la distancia y a través de las noticias de los periódicos. Durante esos días se acercaba a mí con sus botas camperas y su acento norteño y me hacía reír. Así que cuando nos volvimos a ver nos emocionamos los dos. Ahora me quiere invitar a su casa, a que conozca su rancho y a su familia. Me ha deseado de todo corazón que pueda regresar a México y entonces encontrar el momento para visitar el norte. Sé que será un gran anfitrión y si vuelvo a esta parte del mundo creo que aprovecharé su invitación.

Así que así han ido las cosas en el aspecto laboral... prometo escribir para contar la parte festiva que ha sido aún mejor.