jueves, 30 de junio de 2011

Los primeros pasos

Levantarte por la mañana y encontrar un mensaje de apoyo de tus amigas (Rocio y Lupi) ayuda a levantar el ánimo y si después escuchas la voz de tu madre tiene pinta de que puede ser un gran día... y así ha sido. No quiero ocultar que la adaptación de está costando; estoy muy unida a mi familia, a mis amigos y a Madrid, y estar lejos de todo a la vez se me hace muy duro en algunos momentos, pero todo tiende a mejorar a pesar de la lluvia que no ha parado desde ayer por la noche y que continúa cayendo de manera constante unas veces más fuerte y otras más débil.

1. La importancia de tener objetivos
Hoy ha sido mi primer día en la oficina. Me he reunido con la que es mi tutora, Lorena Zárate (una mujer digna de conocerse por su juventud y su gran capacidad y conocimiento) y hemos estado viendo cuáles van a ser mis objetivos durante los próximos meses, que se espera de mí y que podemos aprender juntas en este camino. De momento tengo muchas cosas para leer, conocer más en profundidad en trabajo de HIC y cómo llevan el tema de comunicación. A partir de ahí tengo que hacer una propuesta para elaborar una estrategia de comunicación (aquí me tenéis, yo que acabo de llegar haciendo propuestas para el futuro). La reunión ha sido muy abierta y he tenido la oportunidad de hacer una serie de propuestas que Lorena ha valorado de forma muy positiva lo que me ayuda a subirme la moral. Ahora tengo un montón de libros y documentos que tengo que revisar este fin de semana. Mañana me quedo a trabajar en casa.
Después por la tarde me han invitado a que fuera a la presentación de una revista sobre la privatización del agua en México y la lucha por el Derecho al Agua. La verdad es que ha sido muy interesante, me han presentado a bastante gente de otras organizaciones y me han recibido con mucho cariño; de echo uno de los ponentes del acto me ha preguntado cómo estaba
el tema del agua en España y he salvado un poco la papeleta contándole el proyecto de privatización del Canal de Isabel II y las disputas que hay entre Comunidades por el tema de los trasvases (prueba superada, no sé si podré salvar la siguiente).
En lo laboral sólo puedo decir que ha sido un día muy motivador, lleno de proyectos y objetivos y que eso me ayuda a ver el cambio desde otra perspectiva.

2. Viajes en metro
No puedo por más que contar las cosas que me sorprenden del metro en México. Para empezar los trenes vienen en sentido contrario (no aparecen por la derecha sino por la izquierda); por otro lado la línea 2 que es la que llega al centro (como en Madrid) hace parte del recorrido por la superficie pero resulta que los días de lluvia les bajan la velocidad con lo cual es una cosa lenta, muuuy lenta. Otro detalle curioso es que las estaciones en los mapas de los vagones se identifican en grande con un dibujo y en pequeño el nombre de la estación y al parecer se hace para ayudar a la gente que tiene dificultades con la lectura; es más fácil indicarle a alguien que se tiene que bajar en la estación de la palmera que en Xola. Por último, es muy interesante que a determinadas horas y en determinadas estaciones para evitar situaciones de acoso, abuso y robo se divida a los hombres de las mujeres... es la primera vez que viajo en un vagón sólo con mujeres.

3. Conociendo la Plaza del Zócalo
La lluvia no me ha dejado hacer una foto pero hoy he pisado por primera vez la Plaza del Zócalo; una plaza enorme y cuadrada presidida por la Catedral y rodeada de edificios institucionales. Es curioso como la Catedral vista desde el punto más lejano se está hundiendo. Al parecer está construida sobre un antiguo lago y los cimientos se están deteriorando. Tengo que volver, hacer fotografías y entrar a conocer todo esto ya que estoy a dos calles desde la oficina y ese lujo no lo puedo desaprovechar.
Estar hoy en el centro histórico de la ciudad me ha hecho sentir mejor. Creo que me puedo adaptar y una vez que lo consiga será estupendo.

4. Continúa la búsqueda de piso
Blanca está siendo encantadora y yo procuro desplegar todos mis encantos y la buena educación que he recibido: hago mi cama, recojo la habitación, friego mi desayuno, etc. Sin embargo, Xochimilco está muy lejos de la oficina y hoy hemos tardado por la mañana (tráfico + lluvia = caos circulatorio) una hora y media en llegar. Además Blanca se va medio pronto por las mañana y suele volver tarde así que creo que lo mejor es apostar por un piso más cerca.
Hoy tenía pensado ir a ver dos pero cuando he contactado por mail en uno me han dicho que la habitación ya estaba ocupada y en otro que la habitación barata se quedaba libre en agosto y que tenía otra más cara (porque tenía terraza y ático y no sé qué) que se iba de presupuesto. De momento sigo a la espera de ver si es posible ver algo más y si no me tendré que quedar con la primera opción.
Lorena, mi tutora, me ha dicho que comprende que quiera estar más cerca del centro y que van a intentar ayudarme con los gastos de transporte y a lo mejor la comida de medio día; yo no digo nada, ni lo exijo así que si me lo dan tampoco voy a hacer el primo y me voy a negar.

Bueno creo que por el momento nada más ni nada menos. Me gustaría que me escribierais algún comentario en los post. Ya he cambiado el formato y no es necesario registrarse para escribir (Lupi esto lo he cambiado después de tu guerra personal). Como siempre un beso muy grande, gracias por todos los apoyos, las palabras de aliento y la fuerza que me haceis llegar a pesar de la distancia. Creo que ahora que empiezo con la rutina todo va a cambiar, bueno menos un par de cosas: que os quiero y que os echo de menos.

Fotografías:
Foto1 - mi lugar de trabajo, HIC. Una oficina acristalada en pleno centro histórico y frente al metro. Un lujo y una alegría.
Foto 2 - agua con sabor. Su propio nombre lo indica es agua de diferentes sabores de frutas, es muy refrescante. En la foto hay de sandía, papaya y mango.

miércoles, 29 de junio de 2011

Buscando mi lugar

Prueba superada!! El primer día lejos de casa ha pasado y ahora toca descansar para afrontar uno nuevo. No ha sido fácil la verdad: el cambio de horario, el cambio de cama y los recuerdos han hecho de la noche algo extraño. Además para comenzar el día recibí la noticia del fallecimiento de mi tío Julio, una persona encantadora, con una sonrisa en la boca y hombre de costumbres que cada mañana y cada merienda tomaba su vaso de café con leche y 14 galletas María (las cosas siempre pasan cuando menos las esperas). Así que la noticia de su fallecimiento unida a mi tristeza por la distancia hicieron que la mañana fuera complicada, con muchos altibajos y ganas de tirar la toalla (demasiado pronto, lo sé, pero las emociones es lo que tienen). A partir de esas primeras horas la cosa cambió un poco: salí de la casa, bajé a recargar el teléfono móvil que me han dejado y me empapé con la lluvia intermitente que no da tregua a la viajera (lo bueno es que la temperatura se mantiene en los 23º). Para no alargarme mucho:

1. Primera incursión al centro
A primera hora de la tarde Blanca me acompañó al centro (teniendo en cuenta que de donde vive ella hay como una hora de camino estábamos en el centro) y pude ver lo que es el tráfico en esta ciudad, por ir resumiendo: miles de coches en movimiento, tráfico lento, intermitentes invisibles, cruces de carril sin sentido y claxon muuuucho claxon para ponerle música a la ciudad. Un caos ordenado difícil de sobrellevar.
2. Búsqueda de piso
A pesar de la amabilidad de Blanca, su medio interés porque me quede con ella (digo medio porque a veces me da una de cal y otra de arena), he decidido que no quiero quedarme en su casa. Es una casa preciosa con jardín, perro, dos alturas, habitaciones espaciosas y todo lo demás pero demasiado lejos del trabajo y no muy bien comunicado para hacer mi vida. Me he acostumbrado a manejarme por mi cuenta y depender de una persona para ir y venir no me gusta. Además creo que puedo ser más independiente del trabajo si no vivo con una persona del trabajo. Desde España contacte con Odei, un chico vasco que trabaja en el mundo del cine y que no tiene el menor interés por las mujeres. La verdad que fue muy agradable, el piso es bonito y creo que puede ser un buen lugar, en cualquier caso espero poder ver algo más en los próximos días y tomar una buena decisión.
Como nota anecdótica he de contar que según íbamos con el coche hemos visto un letrero en el que se ofrecían habitaciones para estudiantes y cuartos en alquiler; Blanca ha parado el coche, he llamado a la puerta para preguntar y cuál ha sido mi sorpresa que era una residencia regentada por monjas (cosa que no me quita el sueño si por un buen precio me dan alojamiento y comida) que tenían capilla a la entrada, fotos del Papa y horario restringido hasta las 22.30 (si no llegas te quedas fuera, a estas edades esos horarios no). Además de todo esto no tenían cuartos disponibles así que ha sido la excusa perfecta para dar las gracias y seguir el recorrido,
3. La invasión de las cadenas
Me he quedado muy sorprendida al confirmar que el fenómeno de la globalización es real y que se aplica en un sólo sentido: los negocios. Las grandes carteleras de cine anunciaban Cars 2 y Transformers (no descarto alimentar mi frikismo e ir a verla), Mc Donalds, Burguer King y Dominos Pizza en cada barrio; he visto oficinas de BBVA y Santander, carteles de C&A anunciados en los centros comerciales, Movistar como una de las operadoras fuertes pero lo que más me ha sorprendido ha sido ver una OFICINA DE MAPFRE (no me alejo de ellos ni a no sé cuantos mil kilómetros de distancia).
4. Coyoacán y cena de Tamales
Para terminar la jornada (que más que un día me parece una semana) Blanca me ha llevado a conocer Coyoacán, uno de los distritos en los que se divide la ciudad pero con una zona céntrico muuuy bonita; cafés, terrazas, tiendas, centros culturales, iglesias y jardines muy cuidados. La verdad es que en comparación con otras zonas que he visto me ha gustado mucho, el ambiente me recordaba a la zona de La Latina (es imposible no comparar con lo conocido), pero una de las cosas que más me ha gustado ha sido una gran fuente central con dos precios lobos huargos (esto se lo dedico a los seguidores de Juego de Tronos) que me han recordado las largas charlas.
Para terminar el día hemos comprado unos tamales para cenar. La verdad es que yo en cuanto a comida me adapto a todo y todo me gusta pero creo que tanta harina de maíz en todos los platos puede acabar conmigo. De momento no me he tomado ningún Omeoprazol, a ver qué tal paso la noche y si no pues empiezo con la terapia de choque.

Ha llegado el momento de dar las buenas noches. No puedo dejar de insistir en lo mucho que echo de menos Madrid y a mi gente. Echo de menos a mi familia y sus cuidados. Echo de menos a todas las personas que me hacen reír cada día a cada paso.

El título de este post se lo dedico a Alex que a través de Facebook me ha echo esta recomendación cuando le he contado que estaba un poco triste y que me daban ganas de tirar la toalla. Gracias.

Espero que en los próximos días cuando ya tenga un lugar fijo en el que quedarme, deshaga la maleta y empiece a trabajar todo será más fácil... hasta entonces os echo de menos.

Madrid - Toronto - México

El inicio de viaje comenzó con exceso de equipaje tanto físico como personal; demasiadas despedidas y sentimientos acumulados de los últimos días además de una maleta de 27 kilos con lo imprescindible.
Después de esperar la tremenda cola de facturación de KLM me dicen que tengo exceso de equipaje y en un tono más suave "el billete cancelado" (ante tal testimonio lo mejor es no hacer caso e ir a la ventanilla de la compañía a pagar el exceso). Efectivamente mi billete con KLM había sido cancelado y sin más explicación nos mandan (gracias a que iba acompañada por mi madre y Javier que sino le salto a la yugular a alguna) con Air Canadá. Como todo en la vida siempre hay ventajas y desventajas: ventajas - menos tasa por exceso de equipaje y al parecer menos horas de avión; desventaja - salgo dos horas más tarde de Madrid y el madrugón no te lo quita nadie.

Una vez embarcada lo único que quieres es llegar. Después de este viaje con escalas se me ocurren las siguientes afirmaciones:
- La cantidad de cosas que te da tiempo a pensar en un avión además de pensarlas todas juntas.
- Las emociones contenidas que afloran con el simple echo de que te pregunten si quieres un vaso de agua y que no pueden ser expresadas (todavía no entiendo porqué).
- El particular olor de la comida y el avión en general.
- Que en todos los sitios reclamen que los baños sean separados para hombres y mujeres y no en los aviones.
- El recuerdo de los que se han quedado: sus caras, sus risas, sus lágrimas y sus abrazos, además de todas las palabras de ánimo.
- La constante sensación de sueño y cansancio que no puede ser aliviada de forma satisfactoria y que te alborota los pelos y los pensamientos que están debajo.
- La importancia de hacer un estudio sobre "¿cuál es la ropa adecuada para montar en avión?"
- Y por último, y no menos importante, la cantidad de veces que he comido sin tener hambre por estar entretenida: comer por aburrimiento.

En fin que para no restarle emoción al viaje, de Madrid salimos con 20 minutos de retraso lo que me perjudicaba para hacer el enlace con Toronto ya que en teoría tenía una hora entre un vuelo y otro, así que echándole un poco de morro a la vida hablé con uno de los azafatos para ver si era posible que me facilitasen un asiento más cerca de la puerta para no perder el enlace (iba sentada en la cola. Si hubiera sido LOST ¿estaría en el grupo de Ana Lucía?); el hombre tan majo justo en el momento de las turbulencias me llevó a primera clase... ahí sí que hubiera dormido de lujo.
En Toronto el servicio de inmigración fue bastante borde, con preguntas como ¿a qué vas a México? ¿Cuánto tiempo? ¿Quién te ha pagado el viaje? ¿En dónde trabajas en España? Y yo a todo esto pensando: "No has visto que en la pregunta de tiempo de estancia en Canadá pone un 0, un jodido 0... ponme la mierda de sello y déjame pasar que pierdo el avión." Resultado: cuando llegué a la puerta de embarque estaban entrando las últimas personas... por los pelillos!!!

La llegada a México fue muy, pero que muy turbulenta en el aterrizaje; está lloviendo y el paso por las nubes de algodón no fue del todo fácil. De nuevo paso por inmigración (está vez el de aduanas fue mucho más majo), recogida de 27 kilos de maleta (menos mal que estaban dando vueltas en el cinta y no perdidos por el mundo) y encuentro con Blanca.

De México DF no he visto nada, tan sólo un montón de lucecitas que llenan el horizonte mires por donde mires, coches de policía al estilo de las películas americanas (con las luces rojas y azules en el techo) y coches y más coches atascados en cada una de las avenidas que cogemos. Ayer le tuve que pedir disculpas a Blanca porque el cansancio y la emoción no me dejaban mantener conversaciones muy largas., por lo que en cuanto llegamos a la casa me fui a la cama; de cenar ni hablamos porque ayer fue el día que más veces he comido en mi vida.

Bueno sólo puedo decir que aquí, ahora está amaneciendo pero que como hay un gallo en la casa de al lado llevo un rato despierta y he pensado en escribiros. Todavía me cuesta y no puedo evitar dejar escapar una lagrimilla, pero imagino que estro serán los primeros días hasta que me ubique.

Seguimos en contacto. Un beso enorme

lunes, 20 de junio de 2011

Y de pronto México

Parecía que este momento iba a tardar más en llegar pero al final llegó... voy camino de México. Esto no va a ser un viaje de placer aunque espero poder encontrar muchos momentos de felicidad; esto no va a ser un viaje a las playas de aguas azules y paquetes de "todo incluido"... Lo que va a ser es un viaje al corazón de México D.F.
Para situar al lector:
- Una de las ciudades más pobladas del mundo con más de 20 millones de habitantes y 9 millones de coches.
- La avenida que cruza la ciudad de norte a sur tiene 50 kilómetros de largo y la que cruza de este a oeste 35.
- Una megalópolis donde se concentran las tiendas más lujosas y los barrios más míseros.
- Una oportunidad para conocer realidades distintas, muy distintas.

En estos momentos en los que la organización del viaje me abruma y enfrentarme a una ciudad como el D.F genera ciertos miedos sólo puedo agradecer el apoyo que he recibido por parte de mi familia, mis amig@s, la gente del máster y demás allegados que se han alegrado de que pueda vivir esta experiencia. Espero poder dar lo mejor de mí misma, no defraudar a nadie y estar a la altura de las exigencias.
Me gustaría poder volver de este viaje diciendo que el México que he conocido no es el que sale en los medios de comunicación; que existe ese México lindo y querido que rezan los corridos donde por encima de la violencia, el narcotráfico, los tiroteos y las muertes hay millones de personas que trabajan porque el mundo sea un poco mejor. Estoy segura de que lo voy a encontrar y volveré para contarlo con mucho orgullo.

México D.F. es un gran reto personal: estar lejos de las personas que quieres y con las que convives, salir de las redes de seguridad que están al alcance de una llamada de teléfono. Asumo que los primeros días no serán fáciles y que extrañaré el cielo azul de Madrid pero tengo la certeza de que esos días de lloro pasarán y vendrán los del descubrimiento personal, afrontar retos y superarlos.

Espero que este cuaderno de viaje me sirva para mantener contacto con los que se quedan esperándome en Madrid, para recordarles que les quiero, que pensaré cada día en ellos y que nos veremos pronto porque el tiempo pasa rápido y más en verano.